martes, 12 de febrero de 2008

AMISTAD Y MÁS FLORES

 Este cardo columnar es muy fuerte. Resistió lluvias, tormentas, soles y frios extremos. su corteza presenta innumerables cicatrices que son las marcas de la vida trasncurrida. Sin embargo, es capaz de dar una bellísima flor. Blanca, delicada, inmaculada. Una belleza difícil de apreciar, sólo quienes estan atentos la descubren en su tímida y secreta vida nocturna.
Como esta flor es la amistad... un sentimiento tímido, inmaculado, delicado... que sólo puede ser descubierto por los corazones sensibles a las cosas bellas de la vida.












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La siguiente reflexión la encontré en Internet... ¿la compartimos?

La cajita de cristal:

La amistad es una cajita de cristal. Pequeña, transparente, donde guardas allí dentro todos tus pensamientos, ideas, cariño y amor.
Un cristal fino donde te reflejas. Material en el que están hechos tus sueños. Son porciones de tu corazón que intentas que no se rayen nunca.

Un amigo es más que una persona. Algo que no es físico, algo que siempre llevas. Es eso que recoges por el camino y guardas en tu cajita de cristal, cuidadosamente acomodado en su interior de terciopelo. Todo eso en lo que crees, en lo que confías, en lo que sientes.

Eso que más allá del mundo encuentras. Eso que te abraza cuando piensas que no puedes más. Algo que lamentas no ver. Porque el amigo no se ve, no se toca, no se huele. Simplemente lo sientes. Y, aunque se encuentre sentado a tu lado, tú nunca lo ves como la materia física que es. Su esencia oculta entre los pliegues del terciopelo de tu cajita de cristal.

A veces lo miras a los ojos. A veces sientes su presencia.
Sin embargo, el amigo no es la persona que ves. Es la persona que sientes.

Es aquello por lo que darías todo.

Menos tu cajita de cristal…




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Estas fotografías pertenecen a Claudia Pioli y están licenciadas bajo una Licencia Creative Commons Atribución-No Comercial-Sin Obras Derivadas 2.5 Argentina.